25-05-2021
Pía Ahumada Seura, palabras y materiales para la confección de mundos
Principalmente me dedico a la encuadernación: reparación, publicación y confección de libros en general. Toda mi labor en la confección de libros se hace a través de Taller Editorial Me pego un tiro, trabajo con dos personas más –Tomás Piñones y Guisela Parra–; el taller comienza en 2013 y, desde entonces, he trabajado con muchos autores (casi todos ellos viven en esta región, autores inéditos y emergentes), también en proyectos colaborativos (Trilogía del Caos: Tres publicaciones en formato plaquette que se presentaron como un conjunto de literatura, música y performance; La Palabra: libro en donde colaboré con el texto, siendo Jorge Chávez el ilustrador; Tornasolada: donde escribí los cuentos y Ulises López colaboró con las ilustraciones). Además de la labor editorial, realizo talleres de encuadernación en distintas técnicas: desde labores sencillas para niños y niñas, hasta talleres con técnicas más complicadas para adultos con ciertas nociones en encuadernación; talleres de fomento lector; talleres de creación de fanzines; charlas sobre cuidado de libros en casa; confección de marcapáginas; etc.
Por otro lado escribo cuentos, me dedico desde 2009 a escribir “en serio” (digamos, con el propósito de publicar). Fui colaboradora en Revista Literaria Escarnio desde 2010 al 2017 tomando roles alternados de editora, diagramadora, administradora de rrss y encuadernadora. Desde 2015 comencé a reunirme con otros cuentistas y formamos Los Viajeros del Mary Celeste –taller de narrativa–, desde entonces nos reunimos una vez a la semana con el fin de mantener el ejercicio literario por medio de la retroalimentación constante y una dinámica participativa a todo nivel. Ahora el taller cuenta con cuatro autores que trabajan de forma permanente (JT Blackie, Guisela Parra, Gaspar Zuñagua y Pía Ahumada) gestionando las sesiones, encargándose de la organización y seleccionando contenido para presentar a los participantes. Muchos de los autores que han participado de Los Viajeros han publicado libros, plaquettes o participado de antologías, además de ser entusiastas de los concursos literarios y las actividades literarias que se organizan a lo largo de Chile.
El itinerario de la autora se caracteriza por una serie de trabajos diversos que se articulan junto a la colaboración, generando así diferentes espacios literarios para que las posibilidades de expansión se articulen.
Como muchos de mi edad, fui una de las disidentes del sistema educativo universitario; acabé dedicándome a los libros por gusto, afinidad y conveniencia. Me gustaban los libros como objeto y por el contenido, pero no me imaginaba que podía dedicarme a ellos como un “trabajo”, mucho menos si era desde un oficio y, además, autodidacta. Por el interés en la lectura, acabé acercándome a la literatura local (cafés literarios, ferias del libro, bibliotecas, etc.) y, desde entonces, casi todo lo que hago tiene que ver con libros.
Dedicarse a los libros (trabajar haciendo libros) es una labor solitaria y me permite contar con tiempo para escribir, ha resultado ser una fórmula conveniente para tener una vida tranquila y sentirme medianamente satisfecha con mi existencia, aunque ha sido complicado crecer como editorial y llegar a ser conocida como autora (soy más conocida como encuadernadora que como cuentista y, a veces, me produce conflictos internos). Si bien la encuadernación es una ocupación muy útil cuando tienes un entorno que valora los libros, no necesariamente te asegura un porvenir alejado de la precariedad; entre los pros y los contras, creo que fue una buena decisión construir mi ocupación alrededor de las labores del libro.
El trabajo artístico, se caracteriza en que las manos [como muchos otros trabajos] se expresan como creadoras y requieren de una atención o una cantidad de energía necesaria para poder complementar los elementos necesarios para abordar un trabajo. En relación a sus procesos de creación nos cuenta;
En tanto a encuadernación hay técnicas básicas y algunas complejas, antiguas y nuevas, para todo gusto y para todo propósito; el punto es saber usar lo que sabe para realizar las labores que se requieren. Intento, dentro de lo se puede, orientar mi trabajo a la solución de problemas; hay muchos autores inéditos que desean ser publicados, hay muchas personas que buscan leer nuevos autores, hay un circuito muy interesante de autores, editores y editoriales; mis labores cruzan y se entrelazan con cada punto en que el libro aparece como algo necesario.
No tengo o poseo un estilo en particular, creo que lo más característico de mis labores tienen que ver con la confección de libros objeto (libros no convencionales), fanzines (literatura y gráfica en soportes de bajo costo, didácticos y fáciles de reproducir) y plaquettes (publicaciones de pocas páginas a bajo costo) como soportes para la publicación. En tanto a la personalización de cada labor: por un lado depende del conocimiento del oficio de encuadernador y las ideas que los autores te proponen y, por otro, las opciones para usar los materiales que se prefieran –o estén disponibles–; se puede hacer “mucho con poco”, se pueden confeccionar maravillas con pocos recursos y orientar la confección al propósito que se solicite, en ese aspecto la encuadernación es una labor amplia y sorprendente.
Las herramientas que utilizo son las usuales para cualquier encuadernador (aunque no cuento con grandes máquinas), nada en particular pues todo sirve (hasta materiales reciclados o usados); el papel es importante (esto nunca falta en el taller) y cada chiche u objeto al cual se le puede sacar provecho para encuadernar (cosas que no creerías que sirven para encuadernar)… a modo de curiosidad, la gente se ríe cuando les digo que siempre tengo papelillos en casa –para enrolar cigarros o pitos– porque reparo libros y es cierto, uso muchos papelillos para reparar libros.
No creo mucho en la “inspiración”, tengo referentes sí, pero he aprendido a través de libros más que de talleres, estudios formales, personas o maestros; mis labores y conocimientos prestan un servicio para quien me requiera, siempre atendiendo a sus deseos (respondiendo sus preguntas) más que a mi propio gusto. En tanto al Taller Editorial, pues es lo que sé hacer y me gusta porque me mantiene cerca de mis intereses; en tanto a la literatura, aunque he intentado abandonar un par de veces y no me ha resultado –risitas–… llevo harto escribiendo y me “pican las manos” cuando lo dejo; no siempre es para publicar, pero lo entiendo (y siento) como algo necesario e irreemplazable.
Las historias que existen en las estructuras de
creaciones, narraciones, cuentos, palabras, melodías,
acordes o dibujos, encuentran al sitio de la memoria como
su océano. Así, la capacidad de archivar cada creación permite
que cada momento creado por los trabajos artísticos realizados
sean capaces de sobrevivir a situaciones adversas que emergen
desde el orden limitante de las imposiciones, que están escritas
en diferentes tipos de reglamentos o leyes, basadas en perpetuar
el algoritmo del consumismo y que poco tienen que ver con crear.
Acerca de la experiencia en su trayectoria artística Pía nos escribe;
Si hago un promedio, pues queda en cero; en algunas épocas la he pasado pésimo y en otras muy bien; en algunas ocasiones me han tratado muy mal y en otras me han tratado como una persona muy valiosa; en algunos lugares he sido echada y en otras, invitada “especial”. He aprendido que el ambiente artístico es ambivalente, por lo tanto, el trabajo artístico también lo es; de un modo bien simple, hay que entender que tu valor no siempre tiene que ver con lo bien que haces las cosas, al parecer, muchas veces el “amiguismo” pesa tres o cuatro veces más que cualquier habilidad que poseas. Claro, esto es una apreciación muy personal y tampoco es algo que se aplica a todo orden de labores, siempre hay que conocer y luego sacar conclusiones propias al respecto.
Ahora me siento muy cómoda y bien valorada por mi entorno, siento que las personas que se acercan a mí lo hacen por un interés genuino en lo que hago y no en quién soy, esto me acomoda mucho, me dice que las personas ven mi labor como algo necesario y les gusta lo que hago. También ha contribuido harto que me acercara a creadores de labores afines: encuadernadores (la gente que trabaja en las editoriales independientes, que conozco en persona, son un amor) y cuentistas (me gustan porque desean aprender, están abiertos a los comentarios, al diálogo y a aprender).
En mi caso (insisto: para mí) encuadernar no es una labor artística en sí, sino un trabajo que uso como un intermediario entre la literatura (escribir) y el libro (publicar); por supuesto que hay encuadernadores que son artistas, pero considero que me falta mucho camino para llegar a eso (¡hay todo un circuito de encuadernadores profesionales que me hacen desear aprender mucho más cada día!).
Para contactarse con la autora;
Instagram:
Taller editorial: @mepegountiro
Personal: @arco_camaleon
Blog:
Cuentos
http://loco-y-borracho.blogspot.com
Taller editorial
http://taller-me-pego-un-tiro.blogspot.com